De MIM’s y CSP’s… «Gana el que más disfruta»

Hoy no voy a hablar yo, mejor dicho a «escribir» yo. Esto va de un día grande y seguramente estéis emocionados. Ilusionados. Ansiosos. Es por esto que no quiero empezar a escribir pues no sé escribir sin enrollarme igual que no sé vivir sin respirar y no creo que estéis pa’ mucho rollo.

Hoy sólo quiero motivaros un poco, o al menos, como sé que ya venís motivados de fábrica…pues sacaros una sonrisa y para ello voy a recurrir a un par de fragmentos que a mí por lo menos ( y creo que a cualquiera con una mínima sensibilidad) me parecen «grandes».

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Aquí Valentí Sanjuan (como no jajajaja) haciendo una analogía increíble entre la vida y las carreras:

…Hasta que llegas al muro. A ese km 30. Y la vida te pone a prueba por fin. Es un momento que ojalá no llegara nunca, pero por el que inevitablemente todos pasaremos si es que no hemos pasado ya. Porque nos echarán de un trabajo. Porque esa persona de la que te habías enamorado perdidamente y creías que sería, o era ya la madre/padre de tus hijos te ha dejado por otro/a: otra persona, otro trabajo, otra ilusión, otra prioridad. Porque muere tu madre, o te amputan una pierna, o te encuentran un cáncer (…)

Porque me perdonaréis si el tío que siempre se ríe ha venido a aguaros la fiesta y todo esto os suena trágico (…) pero lo único que seguro tenemos en común cada uno de los que estáis leyendo esto y yo es que un día, más temprano que tarde, seremos pasto para los gusanos.

Por eso me río tanto y siempre que puedo. Y con todo lo que hago. Porque un día estaremos en una caja de pino. Y los gusanos nos comerán hasta dejar sólo una tortilla de huesos. Así que mientras todos y cada uno de estos inconvenientes, o zancadillas de la vida vayan llegando hacia ese km 30, MÁS VALE QUE SIGAMOS TENIENDO FUERZA EN LAS PIERNAS, LOCURA EN LA CABEZA Y CORAJE EN EL CORAZÓN PARA SEGUIR CORRIENDO UN POQUITO MÁS. SÓLO UN POQUITO MÁS. Lo justo, lo suficiente, lo necesario, como para salir de ésta no indemnes, no ilesos, no intactos, pero sí vivos. VIVOS. VIVOS AL FIN Y AL CABO.

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Correr no sirve para nada

(O la felicidad del correr) * de Gaia de Pascale

Se corre para demostrar valor, como hicieran los héroes griegos y como tantos otros que, día tras día luchan para corregir los errores del destino. Se corre para recuperar la infancia, siempre en busca del tiempo perdido. Se corre también para mantener la libertad, para dar más sentido a la vida o para construirse una nueva hecha a nuestra imagen y semejanza. Se corre para probar emociones siempre más intensas. Siempre más reales. Se corre porque se posee un punto de locura, para poner a prueba al cuerpo, para conocer el dolor y aprender a aceptarlo en un constante ejercicio de determinación. Se corre también para librarse de condicionamientos y hacer algo por uno mismo. Algo que sólo valga en el momento en que se cumpla pero encierre el sentido de todo lo pasado y de todo el futuro en este presente de fatiga y dolor.

Y se corre, al fin, para competir, porque se ama la naturaleza, porque se siente la necesidad de mezclarse con el paisaje y hacer frente a los miedos.

Cuando preguntas ¿Por qué corres? Nadie es capaz de dar una respuesta 100×100 concreta y la mayoría acaba respondiendo la verdad más simple: «Porque me gusta». Esto es. Corremos porque nos gusta. Porque nos hace sentir bien. Porque nos aporta felicidad. La felicidad que supone no tener respuesta para una pregunta, no saber justificar lo que se está haciendo. El silencio como oposición a la palabra, la espontaneidad como freno a todo lo artificial que gobierna nuestra rutina. Más allá de las carreras, cada cosa tiene su explicación. En el interior de una carrera resplandece la belleza de la palabra no dicha.

He aquí la felicidad de las carreras, el gusto de un gesto sin sentido, de un movimiento que no produce nada, que no sirve de nada. Ni siquiera cuenta la meta. Ni siquiera el resultado. Correr es una actividad que viaja sobre las alas de lo efímero. Corremos aunque sabemos que en la mayoría de ocasiones no llegaremos los primeros o hacemos algo grandioso aunque sabemos que no dejará huella.

Corredores de todos los niveles han intentado dar una explicación a todo esto y al final el silencio es la mejor respuesta. (…)

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Al final aunque no me he enrollado yo, las citas han venido siendo un poquito demasiado largas… (Y ahora va lo mío xD) ¿Qué por qué he seleccionado estas con la de fragmentos que hay? Pues porque al fin y al cabo es de la vida de lo que estamos hablando y como siempre digo esto nos ayuda a valorarla, a pintarla de colores, a subrayar con permanente fosforito pequeños momentos que luego acaban siendo los más grandes y decir: «¡Coño, la vida era eso…»

A pesar de todas estas moñadas que me gustan (y os gustan, per molt «durs» que se penseu, no os engañéis) tanto, también me gustaría animaros y recordaros que tenéis que darlo todo.

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«Qui fa el que pot no està obligat a més», y es por eso que por supuesto no estoy hablando de que todos tengáis que reventar el crono, pero por supuesto sí estoy hablando de que tenéis que salir a dar lo mejor de vosotros. Cada uno dentro de sus posibilidades. Cada uno con una meta. Con unas marcas. O con la simple meta de no tener marca pero de querer disfrutar al máximo de la experiencia. Sólo os pido eso. Que os exprimáis al máximo y la exprimáis al máximo sea lo que sea que eso signifique para vosotros. Por todos esos que se han quedado fuera este año pero sobre todo por todos aquellos que estuvieron y ya no están pero estoy segura correrán con todos y cada uno de vosotros este fin de semana.

Y si no se consigue lo deseado, y si cualquier punto negativo (ojalá no suceda) os impide conseguir vuestro objetivo no dejéis de soñar. No aparquéis la sonrisa porque aquí viene lo más importante: Porque cuando os encontréis el sábado en la línea de salida todos seréis ya campeones. Todos habréis ganado. Todos estaréis triunfando. Por todo el trabajo para llegar hasta ahí. Por toda la ilusión. Por las ganas. Porque habréis encontrado a gente en el camino y sobre todo os habréis conocido a vosotros mismos. Y seguiréis haciéndolo.

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Y seguiréis creciendo. Y viviendo (recordad que somos afortunados porque estamos vivos).  Escribiendo vuestras propias vidas. Construyendo vuestras propias (y grandes) historias. Corriendo. Soñando. Volando. Porque lo importante lo lleváis dentro (acordaos de SuperPaco!)  o lo tendréis a vuestro lado cuando crucéis la meta. Cuando penséis en retiraros y os cojan de la oreja «porque ni de coña vais a abandonar esta carrera». Cuando os obliguen a comer algo aunque tengáis el estómago del revés. Y cuando sigáis recordando que toda esta gente (vuestros seres queridos) , son, a fin de cuentas, «lo que os hace grandes».

Pero si yo, pese a todo, tuviera que escoger unas palabras con las que resumir todo esto me quedaría con las de Kilian Jornet, quien en una simple frase dice todo lo que hay que decir: «No es más fuerte quien llega primero, sino aquel que disfruta haciendo lo que hace».

Gana el que más disfruta. Al fin y al cabo, no se puede perseguir una felicidad más grande.

Así que mucha suerte, pues la felicidad os espera, campeones.

Laura.

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