«La vida era eso…»

Hoy no os quiero robar mucho tiempo, pero a raíz de un artículo de Fran Chico,  editor de Sportlife se me han ocurrido unas reflexiones: En el texto Fran arremete contra unas cuantas «nuevas tendencias» en el mundo del deporte que le «chirrían» bastante. Y yo en este caso quería aprovechar para tratar el materialismo y recordarnos que la esencia de todo esto, es otra cosa.

ALTO, no quiero dar lecciones de moral a nadie. Soy la primera a la que le gusta pillarse unas zapatillas guapas o la equipación a conjunto, pero esto no quiere decir que debamos olvidarnos del principio. Como siempre me dice mi padre: «lo único que realmente necesitas para hacer deporte son ganas».

En este punto, no quería pasar sin hacer mención a «Superpaco». Seguro que la gran mayoría sabéis de quién escribo. Francisco Contreras Padilla o «el Super Abuelo « como también otros lo conocen, es un atleta de setenta y tantos años que ha participado y concluido pruebas de gran envergadura.

«Para estar todo el día en el bar jugando al dominó, mejor correr «- Afirma.

Paco y Kilian en la Volta a Cerdenya

Paco y Kilian en la Volta a Cerdenya

Y es que Paco corre como se ve.  Es como se ve: “No me gusta la ropa de deporte porque va cerrada. Con ésta, si hace calor, abro la camisa y ya está; y si hace frío, la cierro. Además, no soy friolero. La misma ropa que me pongo para coger aceitunas es la que uso para correr”. ¿Y acaso echa de menos las últimas mallas o el mejor pulsómetro?

Aquí me responderéis, «hombre, pero lo de este señor es un caso muy excepcional, y además obviamente él no va a hacer tiempo, él con acabar ya está superando ampliamente la meta». Pero como ya he dicho antes, no pretendo reivindicar el que tengamos que dejar de utilizar todos los avances que se van descubriendo pues obviamente sería una tontería. Para algo se crean, para algo se avanza y soy la primera a la que le gusta o le gustará servirse de éstos para seguir disfrutando.

Pero lo que quiero reivindicar es eso. Que lo superfluo no nos pierda. Que no nos olvidemos de disfrutar. Que como también decía Fran Chico en su artículo: por encima de la medalla, de la última bici o de la mejor mochila queda esa emoción que te invade cuando sales a entrenar por el monte en un día lluvioso.

21H

Yo no hace mucho que empecé a correr. Ni siquiera llega al año. Pero me he pasado los (casi) tres últimos meses con una lesión. Y aunque os pueda parecer que con estos antecedentes no puedo hablar mucho de esto. Hostia. Pienso que la velocidad a la que se aprende y a la que suceden las cosas una vez te pica este gusanillo es brutal.

Yo empecé a correr en junio más o menos. En julio hice mi primera carrera y desde el primer momento me di cuenta de que esto me había enganchado. Y de que me iba a seguir enganchando. Pero como soy bastante «bestia» y empecé sin asesoramiento, al final acabé por hacerme daño. Pues bien: nunca en mi vida había tenido tantas ganas de hacer deporte como en estos dos meses y pico que no he podido hacerlo.

El sábado, a pesar de la lluvia, salí a correr en la Marxa Popular de Atzeneta y descubrí, para mi sorpresa, que algo había cambiado. Fui despacio, pero disfruté toda la vuelta de principio a fin. Disfruté de los tropezones, de las conversaciones con otros participantes, de correr con un perro, disfruté incluso de perderme, porque me di cuenta que realmente me estaba encontrando. Y llegué chopada, pero contenta.

Esta semana he empezado mis entrenamientos con David. A mí antes siempre me costaba bastante salir a entrenar, sabía que tenía que hacerlo y al acabar me sentía bien, pero no disfrutaba demasiado con ello. Esta semana lo estoy haciendo. Pasar por los puentes o ramblas y verlas rebosantes de agua, notar que, si lo intento, aguanto los km que me tocan, cruzarme con más corredores o compartir km con Javi, son cosas que de verdad antes no apreciaba y ahora he aprendido a valorar.

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Digamos que cuando empecé me di cuenta de la magia que nos transmite este deporte pero estaba obcecada en cosas vanas como comprarme unas zapatillas Salomon o conseguir llegar primera de mi categoría, e incluso algunas carreras me las pasaba casi desde los primeros km esperando llegar a meta sin disfrutar ni un segundo del camino (aquí no digo que esto no pase, TODOS -y el que diga que no miente- somos competitivos, al menos con nosotros mismos, y el momento de entrar en meta todos sabemos también que es muy especial), pero quiero reivindicar que hay que disfrutar del camino, de la ruta, de los entrenamientos.

Tenemos que aprender a valorar cada momento pues, ya sabéis: la vida es efímera y sería una tontería desperdiciar tanto tiempo pudiendo invertirlo en ser felices. En sumar felicidad. Para llegar a mayores y poder decir esa frase que me gusta tanto de: «la vida era eso»… Y seguir sumando, como «Super Paco». Tenemos que aprender a apreciar lo que tenemos y a disfrutar de cada momento, corramos con unas zapatillas de 200 pavos o con las alpargatas del abuelo, porque lo que importa, al fin y al cabo… lo llevamos dentro.

 

lo que esta por fuera copia

 

 

A seguir viviendo. Y disfrutando. Campeones.

 

Laura.

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