No perdamos el horizonte

Título un poco raro, ¿No? La verdad es que suelo ponerlos al final, pero hoy quería titular antes de empezar. Realmente iba a encabezar con: «No perdamos el norte», pero me he acordado del anuncio de una conocida marca de cerveza (dejando de lado que ésta guste más o menos). El de «todos necesitamos un poco de sur, para poder ver el norte». Y, ostras, no seré precisamente yo quién quiera dejaros sin «sur». Jejejejeje…

Pero hoy venía a explicar otra cosa: Últimamente estamos asistiendo a bastantes gestos antideportivos dentro del mundo de lo que, contradictoriamente, deberíamos denominar deporte (que mejor no mencionaré por no levantar polémica jejejeje). Realmente, es algo que pasa, no nos vamos a engañar. Hay veces que me da miedo pensar que los más peques vean en algún que otro deportista un espejo en el que reflejarse, un modelo a seguir, cuando éste viene representando modelos de violencia o juego sucio. Pero, por otro lado, sí pienso que educar a estos pequeñines desde el deporte, desde su versión más sana y creadora de multitud de valores: Es posible. Y necesario.

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Pero amigos, por favor: No perdamos el horizonte (Lo de «norte» ya he explicado porque lo cambiaba). No apartemos la vista.

En muchos casos, si nos paramos a pensar con el lado negativo, extraemos que vivimos en un mundo materialista, con dominio del egoísmo, de la insolidaridad. Pero aquí tampoco debemos apartar la vista del horizonte, debemos mirar más allá pues el positivismo y la esperanza están ahí: Los valores positivos están latentes y tenemos que explotarlos, que reivindicarlos… Que vivirlos.

Hay mucho de esto en los deportes que nos gustan tanto. El ambiente, incluso durante la «competición», resulta inspirador y los valores de solidaridad, de ayuda o de capacidad de sufrimiento están siempre presentes.

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 Y, no debemos olvidarnos de esto. Por favor. No lo hagáis. Sea donde sea que os encontréis y sea donde sea que queráis llegar (aquí considero que también hay que ponerse las metas en el horizonte, a fin de continuar avanzando siempre, pues siempre tenemos algo que aprender, TODOS), no olvidéis que el aliciente, vuestra motivación para exprimiros al máximo por aquello que os da vida, debe ir siempre muchísimo más allá de la dictadura de los números o de las marcas auto-impuestas. Ya sé que es lo de siempre, que suena a tópico (pero muchas veces lo olvidamos más de lo que parece, o de lo que decimos), pero no os olvidéis de disfrutar de una actividad (sea cual sea la que hayáis elegido), que espero queráis alargar en el tiempo durante muchos, muchos años, por supuesto más allá de las modas actualmente imperantes. No os olvides de ser felices porque a lo mejor llegará un año,  una temporada o un momento en que no podréis correr un 10.000 en 35 minutos o terminar la prueba más exigente del panorama internacional y entonces: Deberéis levantaros e interiorizar lo aprendido, pero siempre será mejor hacer esto con una gran satisfacción y sensación de disfrute en el cerebro que con la frustración que conllevaría el cabrearse con uno mismo. ¿No? Digo yo, que en estos mundillos deportivos aún soy hiper-novata, pero creedme que de auto-exigencias y problemas de aceptación sé un rato. Y lo mejor que puedes hacer, sin peros, es disfrutar de la vida. Y esto trasladado al deporte pues viene a ser disfrutar de lo que más nos gusta.

Porque no debemos olvidar, bajo ningún concepto que, detrás de la apariencia de máquina que encontramos tras algunas hazañas: Somos humanos. Nos caemos, reventamos, subimos, bajamos y por sobre todo: SENTIMOS. Y sin duda alguna es precisamente esta parte humana la que hace que todo esto valga la pena, así que el intentar desterrarla o enfadarnos con nosotros mismos cuando la parte máquina o mecánica no va como a nosotros nos gustaría: Definitivamente no tiene ningún sentido. La auto-exigencia funciona para seguir creciendo pero, la frustración no sirve para nada, así que hacedme un favor: Desterradla para siempre.

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Así que, no perdamos el horizonte. Instauremos hábitos saludables en nuestra vida, dediquémosles la mayor energía y motivación posible, pero no nos obsesionemos. Disfrutemos, aprendamos a sobreponernos ante cualquier circunstancia, confiemos y creamos en nuestras personas como verdaderos iconos de superación. Creemos la mejor versión de nosotros mismos y por supuesto: No nos olvidemos de seguir luchando.

¡Nos vemos pronto, Campeones!

Laura.

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