25 Sep Nuestra «pequeña» gran mirada
El otro día leí una entrevista al escritor Javier Marías en la revista Jot down donde, entre otras cosas, le preguntaban como conseguía escribir cada semana su artículo en El País Semanal (lleva más de veinte años escribiendo una columna todos los domingos). Marías, explicaba que, siendo así, resulta obvio que hay muchos días en los que piensa que ha hablado ya de todo «lo habido y por haber», pero como la realidad, realmente, es repetitiva, pues se repite, pero reinventando. Y entonces «probablemente no se repite ya tanto».
Pues esto me pasa a mí a veces cuando me siento a escribir intentando explicar algo diferente, que parezca un poquito «trascendental», o que al menos logre transmitir algo. Pero también es lo que nos pasa muchas veces a lo largo de la vida: Cuando entramos «en la monotonía» y nos acaba pareciendo que, o bien nos repetimos, o bien la vida se está convirtiendo en un continuo ir y venir de días que difieren un poquito del anterior en alguna pequeña y estúpida cosa, pero en lo restante acaban siendo lo mismo.
Y es aquí, donde toca, como si todos fuéramos columnistas: Repetirse, pero reinventándose.
En un artículo de su espacio, Raquel González, marchadora internacional y bloggera en «Runnea» (lo cual también viene a ser una suerte de «columnista modernizado») trataba no hace mucho este tema aludiendo a lo arriba mencionado: A cuando nos invade esa sensación de «necesito un cambio en mi vida», «no puedo más con esta rutina» y planteaba una nueva perspectiva: Quizá el problema no sea lo que hacemos, sino la pérdida de motivación por lo que hacemos.
En este punto, debemos acudir de nuevo, como el columnista acude a la revisión de la actualidad en busca de nuevas perspectivas con las que actualizar sus temas y posiciones: A la innovación, a nuevos proyectos que nos mantengan ilusionados e incluso, me atrevería a decir: Entusiasmados con nuestra rutina y nuestra vida, pues es la que nosotros hemos elegido.
En el plano deportivo, como bien explica González en su artículo, considero que resulta verdaderamente importante el no caer en la monotonía, ni en cuanto a entrenamientos ( y de esto se encarga el «míster»), ni a la hora de proponernos nuevas metas y propósitos que alcanzar.
Porque al final lo que cuenta es el camino, pero, como solía decir Eduardo Galeano de la Utopía: Las metas, las ilusiones, nos sirven para eso, para no dejar de caminar, de emocionarnos y al fin y al cabo de vivir… En cada sueño. Aunque a veces se cumplan y otras nos toque volver a plasmarlos en el horizonte para perseguirlos, una vez más, con mucha más fuerza si cabe que la anterior, hasta que los convirtamos en un nuevo punto de ilusión que recordar o, en el caso del columnista, en un nuevo tema sobre el que escribir. Porque sólo nosotros tenemos todas las claves para descifrar y crear nuestra propia realidad.
Y aquí, resulta vital el pararnos a revisar en qué punto perdimos la ilusión por lo que hacíamos, pues quizá nos daremos cuenta de que esas «pequeñas y estúpidas cosas» que mencioné arriba y que hacen que los días difieran unos de otros, probablemente no sean tan estúpidas. Ni tan pequeñas. Probablemente sean las grandes. Muy probablemente sean las que nos hacen grandes. Las que nos hacen felices.
Y es que (y aunque, a mí también, me parece que esto ya he debido decirlo, ya sabéis, «la realidad se repite…pero se reinventa») la felicidad no nos espera al final de un trazado conformado con grandes piedras ni momentos de esos que no pasan ni en las pelis más rosas. La felicidad la creamos nosotros, cada día, con las cositas pequeñas disfrazadas que, si miramos con atención adquieren el tamaño que les toca y se convierten en nuestra enorme y gratificante realidad. Y entonces no caben monotonías ni rutinas pues no les queda espacio. Y desaparece también la «no motivación» porque tampoco nos queda tiempo. Porque todas estas pequeñas cosas han pasado a ser grandes y ya no cabe nada más. ¿Y sabes una cosa? No hay fórmulas mágicas. Las escusas no sirven de nada… Esas pequeñas grandes cosas que dan sentido a tu día están y estarán ahí siempre…. Siempre han estado. Ahora es cosa tuya el dejar de perderte en mares «de cosas aparentemente grandes», quitarte la venda y empezar a descubrir (o recordar) las cosas que verdaderamente te hacen sentirte grande. (Siempre lo has sido).
Nunca olvides que por mucho que escribas siempre te quedarán temas. Que por mucho que vivas siempre te quedará vida. Disfrútala. Al final es lo único que se quedará escrito para siempre en tu memoria.
Pd: Espero que tu vida está llena de «pequeñas cosas» con las que llenar, no una columna por domingo, sino un periódico por día. Hasta la próxima, Campeones.
Laura.
DavidMundina
Posted at 07:16h, 25 septiembreNo hay mejor manera de empezar el finde, que leyendo esta reflexión que nos propone nuestra compañera Laura… A… http://t.co/FQAUVAFBCR
DavidMundina
Posted at 07:16h, 25 septiembreNo hay mejor manera de empezar el finde, que leyendo esta reflexión que nos propone nuestra compañera Laura… A… http://t.co/QH1yJQ3SGi
DavidMundina
Posted at 07:16h, 25 septiembreNo hay mejor manera de empezar el finde, que leyendo esta reflexión que nos propone nuestra compañera Laura… A… http://t.co/ZepK6QGVvF
Jose Vicente Edo
Posted at 07:43h, 25 septiembreJose Vicente Edo liked this on Facebook.
Sergio Alfanjarin Peña
Posted at 09:26h, 25 septiembreSergio Alfanjarin Peña liked this on Facebook.
Ioana Petenchi
Posted at 17:05h, 25 septiembreIoana Petenchi liked this on Facebook.