«Som el que somiem»

A veces los sueños se cumplen si los persigues con las fuerzas suficientes. Soraya y Tico nos cuentan su experiencia en Menorca y nos siguen demostrando, como tantos deportistas del grupo, que si luchas con ganas y le pones una buena dosis de ilusión no hay imposibles que valgan.

 

«Hace algún tiempo decidimos buscar una carrera por parejas- Cuenta Soraya– Encontramos Camí de Cavalls y decidimos ponérnosla como reto. Al ser tres días seguidos sabíamos que sería dura, pues no estamos acostumbramos, pero también sabíamos que íbamos a darlo todo y allá que fuimos.

Salimos el jueves por la mañana para estar al medio día en Menorca ya que por la tarde entregaban los dorsales pues el viernes era la primera etapa. El jueves, cuando fuimos al briefing ya empezamos a notarnos inquietos, pues, hablas con la gente, comentas tus carreras, explicas tus retos del año… Y ahí nos empezó el típico cosquilleo nervioso, pero esta vez por «partida triple».

 

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El primer día de competición nos levantamos y, tras dejar las maletas el autobús nos llevó al punto de salida, donde empezaba nuestra verdadera aventura.

Durante la carrera fuimos muy tranquilos pues ese día teníamos 25,1 kilómetros por delante y, cuando estábamos a mitad de carrera me dijo Tico: ¿Tú sabes que vamos los primeros? Y le respondí que ni lo mencionara, que quería seguir igual de tranquila y disfrutando como al principio de la etapa.

 

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Finalmente llegamos a meta y sí, eramos los primeros por parejas mixtas. No soy capaz de describir todo lo que pasó por mi cabeza en aquel momento: Familia, amigos, gente que te apoya en este mundo de locos jajajaja, todo el esfuerzo realizado en estos últimos meses…). No me lo podía creer. Pasamos la tarde hablando con la gente que había corrido la carrera, porque si querías la organización se encargaba también de la estancia a final de cada etapa, y recuperando un poco pues al día siguiente nos esperaban 33,1 kilómetros y sabíamos que la etapa sería dura.

 

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El segundo día al levantar notamos ya algún que otro músculo… Vamos, agujetas jajajaja. Salimos y vimos ya desde el principio como las parejas iban con ganas de «dar guerra» y nos dimos cuenta de que no ibamos a ir tan relajados como el día anterior, así que le recuerdo a Tico que hemos venido a vivir una gran experiencia, una buena aventura, no a ganar. Van pasando los kilómetros y vamos unas cuatro parejas, alternando, «ahora te paso, ahora me pasas».

 

Y, para nuestra sorpresa, en el último avituallamiento vemos a la pareja que va primera, que nos pasó en el kilómetro siete y a la cual no habíamos vuelto a ver. Salimos del avituallamiento y cuando faltaban siete u ocho kilómetros para llegar a meta, la chica se para y nos deja pasar. Volvemos a ir primeros y le digo a Tico que voy a ir a mi ritmo, que no quiero agobiarme ni que me agobie. Finalmente llegamos a meta igual que el día anterior y me sigue pareciendo que estoy viviendo un sueño. Segundo día y otra vez primeros.

 

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Durante la tarde, creo que le dije a Tico unas 100 veces que ¡»El dolor es pasajero»! Intentamos recuperar igual que el día anterior, con la gente de la carrera y pensando ya en lo dura que iba a resultar la tercera etapa con unas agujetas que ya no se podían esconder y aún 28,5 kilómetros por delante…

¿Y el tercer día? Qué vamos a decir del tercer día… Digamos que sales «porque todos salen» jajajajja… Y en la línea de salida nos pusieron un audio de la película en busca de la felicidad…

 

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Ya te puedes imaginar como estaba la gente… «Piel de gallina»… Y después, personalmente no paraba de pensar en la frase del «míster»: » El secret es no parar, no pensar en el dolor de cames, el dolor només fa mal…»

Así que salimos y otra vez lo mismo, sólo que en esta etapa al principio coincidimos con las cuatro parejas, pero a mitad de etapa nos distanciamos un poco nosotros y otra pareja.

Llegamos al último avituallamiento y le dije a Tico: «Coge algo y nos vamos que esta chica está muy fuerte y tenemos que sacarle algo de tiempo». A falta de dos kilómetros nos venían detrás, lo cual me parecía normal pues yo apenas podía levantar los pies. ¡Qué kilómetros más largos! Tico no hacía más que repetirme: «¡Venga, hoy tenemos que ganar también, venga que ya lo tienes!».

 

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Al ver la meta pasaron tantas cosas por mi cabeza… El reto se había hecho sueño. Lo habíamos conseguido. Una experiencia maravillosa al lado de la persona a la que quieres, la cual ha aguantado tres días tu ritmo y sin decir ni «mu»… No tenía, ni tengo todavía palabras. Sólo FELICIDAD.

Agradecer también a toda la gente que nos estuvo apoyando durante esos días, dándonos consejos y ánimos. Com diu una persona: «Som el que somiem»… i esta vegada es va fer realitat…»

 

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